Saturday, October 10, 2015

LA VERDAD DE LA VERDAD


Verdad lógica, verdad ontológica, verdades morales, religiosas, científicas, vedad ética, verdad estética. ¡Verdad, vaya palabra!.
Algunos la definen como la adecuación o correspondencia entre las cosas y el entendimiento (teoría aristotélica-tomista).
Otros, la describen como una forma del Saber en tanto comprensión integral del universo.

La verdad, como conocimiento profundo, es aprehendida tanto desde la razón como desde la intuición, sin soslayar la subjetividad humana:sentimos, pensamos, deseamos, tenemos una historia, pertenecemos a una determinada cultura. Por lo visto, no hay un único juez que legitime la verdad.


Lo cierto es que la verdad nos empuja a una inexplicable paradoja en la cual convergen lo absoluto y lo relativo, y ambos aspectos la constituyen. En lo personal, entiendo la VERDAD como un proceso humano incluyente, profundo y vital, transitado desde la multiplicidad, donde lo íntimo, lo tecnológico, lo estético, los valores y las virtudes conviven en una compleja armonía.

Desde luego, siempre habrá un puñado de verdades incuestionables: aquellas que otorgan un sentido de permanencia en este implacable devenir de los días. Son verdades intocables, necesarias y sin conjeturas.

Unas y otras, las comprendidas, las relevadas, las mutantes, las inamovibles, las mostrables y las demostrables, todas ellas trazan caminos, destierran sombras, despiertan belleza y otorgan la certeza de no ser desnaturalizados por una realidad sombría.
La VERDAD es el preludio de una mejor humanidad. Siempre.

Maritè Tilvè.

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