UN SER CAPAZ DE LA BELLEZA
“Todos ponemos un toque de belleza al luchar contra la
injusticia y la miseria, contra lo repugnante y agresivo. No es la belleza
aparente, engañosa, pasajera. Sino la belleza de los vínculos perdurables, de
la fidelidad a las palabras, las alianzas, del respeto.”
“El hombre plasma su
humanidad en el arte. Cuando lo hace con maestría, crea obras maestras. Cuando
se descubre, sobre la huella creadora, una como densidad de su ser por el modo
en que se expresa, la obra produce en nosotros admiración, pasmo, gozo. Hay
obras de arte en las que puede decirse “ecce homo”, “he aquí al hombre”, como
en versiones siempre inéditas, en una novedad que no deja de sorprender y por
la que llegamos a intuir que hay en el hombre algo inagotable de su humanidad,
en sus múltiples facetas.
El hombre es capaz de
belleza en sus distintas dimensiones. Como ser cultural, histórico, corpóreo.
Pero sobre todo, en su ser social, en la relación con los demás, en la amistad,
los encuentros. Así hablamos de la belleza de la amistad, de la familia, de una
relación íntima, de un gesto, de una caricia, etc. La capacidad de captar lo
bello, en todas sus formas, dice que el hombre ve más, siente más, puede más
que el resto de los animales. Dice también que el hombre es creador y recreador
del mundo. No es creador en sentido absoluto, pero sí en un sentido eminente,
al grado de que creemos atisbar su semejanza con Dios en su capacidad de lo
perfecto, lo que tiene proporción, mesura, equilibrio.
Cuando esto ocurre en
el orden de la relación humana asistimos a los momentos más significativos de
la vida y encontramos motivos de celebración, fiesta y acción de gracias.
Agradecemos la capacidad de entrega de los padres hacia los hijos, y así como
la capacidad de hacer de la relación filial un lugar privilegiado del cuidado,
la atención y la caridad. Agradecemos el amor de pareja en todo lo que tiene de
celebración de la vida y cuidado de la misma, de generación y trascendencia.
Agradecemos una sociedad en la que hay relaciones ciudadanas cordiales,
respetuosas de la ley, atentas a las necesidades de los demás. Agradecemos un
buen gobierno, una autoridad bien ejercida, un orden jurídico fundado en la
justicia. En todo ello hay una inmensa belleza.
El hombre es capaz de ella, de gozarla y, así,
de hacerse más humano. Es capaz de plasmarla estéticamente, de decirla,
poetizarla. En la sociedad todos somos artistas potenciales. Todos ponemos un
toque de belleza al luchar contra la injusticia y la miseria, contra lo
repugnante y agresivo. No es la belleza aparente, engañosa, pasajera. Sino la
belleza de los vínculos perdurables, de la fidelidad a las palabras, las
alianzas, del respeto. Es la belleza de una libertad por la que unos a otros
nos quitamos las cadenas del odio y de la incomprensión. El hombre es el ser
capaz de la belleza del encuentro, en el que la presencia de unos con otros es
un presente que suspende el tiempo; de la belleza del perdón, del reencuentro,
del reconocimiento de los límites, y de la bendición al Creador, por poder
alabarlo por ser el mundo bello, y por ser el mismo hombre, finito, bueno y
bello. La capacidad de belleza es indicio del artista en ciernes, de la
condición del hombre como voz de un coral inconcluso, de su ser inacabado.”
Dr. Luis Armando Aguilar
Sahagún(*)
(*) Profesor e
investigador del Doctorado en Educación del Programa Interinstitucional
(Instituto Superior de Investigación y Docencia para el Magisterio (ISIDM);
Centro de Estudios Pedagógicos y Sociales (CIPS); Universidad Pedagógica
Nacional (UPN) y Universidad La Salle de Guadalajara, México.
Encontranos en:
https://www.facebook.com/rescatandovaloreshoy/
https://www.facebook.com/groups/rescatandovaloreshoy/