Wednesday, May 15, 2019



COMUNICACIÓN AFECTIVA y COMPASIVA

Cómo convivir pese a las diferencias
(Escuela de Ecología humana)

Somos seres sociales, y puestos a vivir junto a otros, hacemos todo lo posible para comunicarnos, en cualquier circunstancia, ya sea desde la palabra o el gesto. Necesitamos contar con herramientas efectivas para aprender a comunicarnos, a actuar y a vivir de la mejor manera posible en este planeta. Es preciso superar el egoísmo y la competitividad y sustituirlos por actitudes altruistas y cooperativas.
¡Qué importante es aportar generosidad a nuestra comunicación y que importante es la empatía y aprender a escuchar activamente y compasivamente!

¿Qué es la Empatía? La identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. Es algo más que ponerse en el lugar del otro; además consiste en acompañar el estado de ánimo que ese otro trae.
¿Qué es la Escucha Activa? Requiere escuchar sin adelantarnos, sin prejuzgar. La escucha activa no la realizaremos solo con los oídos; tendremos todos los sentidos puestos en la conversación, como si de una gran antena se tratara, dado que a través de la comunicación no verbal podemos darnos cuenta de mucha información que verbalmente el otro no dice. Escucharemos en silencio interno, sin interferencias, de forma abierta, interesada, curiosa y atenta a lo que la otra persona nos va contando.
“La naturaleza nos dio dos ojos, dos orejas y una boca para que pudiéramos observar y escuchar el doble de lo que hablamos.”  (Epícteto)
¿Qué es la Escucha Compasiva? Es escuchar profundamente desde el corazón. Es abrazar nuestro dolor y también el del otro. No escuchar juzgando, criticando, valorando; sólo escuchar para ofrecer a la otra persona -o a nosotros mismos- la oportunidad de expresar lo que nos ocurre. Quizás esa persona diga cosas que nos molesten pero si escuchamos compasivamente tendremos que estar dispuestos a escuchar todo.
A veces, nuestra percepción y la reactividad pueden ser los responsables de que nuestra comunicación y escucha empática sean imposibles. Ambas personas en una comunicación pueden ser atrapados por el “vos contra mí” o “nosotros contra ellos” o “nunca –siempre”.
Thay dice que “de las cenizas del sufrimiento puede nacer un fénix. Y es por eso que la atención correcta nos ayuda a mirar profundamente en la dificultad, en el sufrimiento que tenemos. Y muchas cosas positivas surgirán de eso. Todo depende de la manera que respondamos a cada evento. Hay maneras que pueden traer más sufrimiento. Hay maneras que pueden traer alivio y esperanza.”
Esta escucha compasiva abarca también nuestras propias luchas. El círculo de compasión también nos incluye a nosotros mismo. Con la escucha compasiva “despertamos la sorprendente capacidad de nuestro corazón para acoger todo aquello que es humano. Nos damos cuenta de que formamos parte de todo lo que vive. El corazón compasivo crece fuerte a partir de esta verdad.”(Jack Kornfield).

Comunicarnos desde el paradigma de la Ecología Humana
La Ecología Humana es el estudio del Ser Humano, de todo lo que él tiene que hacer para sobrevivir y convivir en su comunicación con otros seres humanos, en cualquier circunstancia. Es decir, se ocupa de todo lo que un ser humano tiene que saber para vivir y actuar de la mejor manera posible en este planeta.
Podríamos decir que es una nueva visión de las relaciones interpersonales, al comprobar que podemos superar el egoísmo y la competitividad para disfrutar del altruismo y la cooperación. Y para ello la COMUNICACIÓN EFECTIVA, AFECTIVA y COMPASIVA es un pilar fundamental.
¿Cómo? Formando  un equipo entre lo emocional y lo racional. Ni la angustia del pasado ni la ansiedad del futuro, sino adquirir conciencia de ser lo que somos y la sabiduría de sentir y estar en el presente, que es la única situación en la que podemos estar ahora.

Alfabetización emocional para comunicarnos mejor
En este proceso de autoconciencia y conciencia emocional la habilidad de decodificación adquiere especial importancia. Especialistas consideran que el cuerpo se comunica por sí mismo, por la forma en que se mueve, las posturas que adopta, por su aspecto en sí y la expresión de los rasgos faciales, sin embargo hay personas que no pueden detectar o descifrar oportunamente los mensajes que llegan por esta vía extra verbal, lo cual dificulta el establecimiento y mantenimiento de sus relaciones.
Por ello, comunicarnos de Ser a Ser, va más allá de la comunicación mente a mente. Alfabetizarnos emocionalmente implica un trabajo personal primero y luego un trabajo colectivo. Supone conectividad, confianza recíproca e igualitaria. No permite la violencia lingüística, y requiere una actitud que tiene que ver con los conceptos de totalidad, interdependencia, relación, destino común, bien común, actitud abierta y no excluyente. Y es ahí cuando la comunicación compasiva es esencial, porque los cambios auténticos no los hace mi mente sino mí Ser.
Cada vez que comunico lo que hay en mi espacio interior me estoy dando una oportunidad para crecer.

Lic. Marité Tilvé


Fuentes: Escuela de Ecología Humana: “El co-razón tiene razón”; “Somos seres humanos, no somos mente-catos” // Fundación Ecología Humana Internacional: Dr. Juan José Tapia // https://planosinfin.com/profundo-escuchar-compasivo-thich-nhat-hanh.

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Wednesday, May 1, 2019


LA PRUDENCIA: SABIDURÍA PRÁCTICA.

“La prudencia es un amor que elige con sagacidad”
(San Agustín)

La Prudencia es una de las cuatro virtudes cardinales de la Antigüedad. Etimológicamente deriva de la voz latina prudentia, a su vez vinculada con providentia, de procul videre, ver desde lejos. La virtud de la Prudencia también ha sido designada con una voz más antigua: discretio, que significa elección, buen juicio y que está emparentada con el verbo discernir. 

Ser prudente no sólo cumple el propósito de prevenir peligros; el hombre prudente tiene la capacidad de discernir correctamente lo que es malo o bueno para él en una situación particular. La Prudencia es una virtud presente pero preventiva y anticipadora, y no debiera ser confundida con la indecisión o la cobardía. El hombre prudente está atento no sólo a lo que sucede, sino también a lo que puede acontecer. 

La Prudencia es, además, una sabiduría práctica irremplazable que advierte sobre lo que debiera ser evitado y lo que podría resultar más adecuado. No se es prudente por saber mucho, sino por saber lo que se necesita para alcanzar un propósito con las mejores herramientas disponibles. Podríamos decir que la Prudencia favorece el equilibrio derivado de la comprensión y lo pone a prueba en el momento de la acción.

¿Por qué la Prudencia se inscribe en el ámbito de la sabiduría práctica? La sabiduría práctica aparece como la capacidad intelectual más importante para el despliegue cotidiano de los actos humanos. A través de la sabiduría práctica ejercemos una valoración respecto de la coherencia entre los ideales de vida y las prácticas que elegimos para llevarlos a cabo. En ese aspecto, la Prudencia puede considerarse como el sendero que nos permite transitar del pensamiento a la vida práctica, en tanto logra integrar las peculiaridades de un conflicto concreto, con la decisión sensata adaptada a la individualidad de cada situación particular. Considerada como una “inteligencia virtuosa”, la Prudencia condiciona todas las demás virtudes y se pone a su servicio: ¿cómo diferenciar la valentía de la temeridad sino mediante la Prudencia?

La realidad impone sus obstáculos y su incertidumbre, la Prudencia es el arte de tenerlos en cuenta. Ningún acto humano debiera prescindir de ella. 

Lic. Marité Tilvé


Fuente: A. Comte-Sponville, “Pequeño tratado de las grandes virtudes”


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