Wednesday, October 23, 2019



CUIDÁNDONOS LA VIDA

La vida, o el proceso de vivir, es un continuo proceso de cuidado mutuo y simultáneo de sí mismo, de los otros, por los otros, de las formas vivas y de los seres inanimados.

"Es a partir del ser humano, con él, en él y para él, que los movimientos y ondulaciones del vivir suceden y se muestran significativos como organización de la vida. Todo ser humano busca el cuidado por la necesidad de sobrevivir y se cuidará según los valores de la vida establecidos y el amor propio, dependiendo igualmente de la voluntad de otras personas para su sobrevivencia. El cuidado parece ser la respuesta a las necesidades manifestadas o percibidas, siendo en ocasiones necesidades creadas o provocadas por diversos factores.

El acto o acción de cuidar puede ser aprendido, desaprendido, reaprendido, a pesar de ser único y particular, único y singular. Las creencias y prácticas populares y los cuidados profesionales muchas veces no se excluyen, aunque los espacios para los cuidados más complejos, técnicamente personalizados, son más reservados y se dan en ambientes propios.

La actividad de cuidar surge de la creatividad humana, de la sensibilidad frente a los cambios con el otro y de la capacidad del hombre de crear nuevas situaciones; de ejecutar una actividad humana con su estilo o modo de ser y hacer y de interactuar, y de su propia forma de presentar o representar el resultado de su actividad. Es una actitud familiar con su propia vida, sus sentimientos y relaciones con seres de la naturaleza, que marca su originalidad porque consigue suscitar emociones y sentimientos en el ser humano.

La salud pasa por los movimientos u ondulaciones del vivir en los límites de las sensaciones, confort y desconfort, en la esperanza de nuevos momentos, en la posibilidad de estar en una situación y de prepararse para otra, y de sentir energía para superar los conflictos y exigencias del medio. Lo saludable está en la posibilidad de estar vivo, de tener vitalidad y de ser feliz, en un vaivén de alegrías y tristezas, en la armonía regulada por la intersección de la vida y de la muerte. Vivir la salud es vivir el amor, el placer, en la armonía por momentos conflictiva. Es el querer vivir, querer evolucionar pleno de deseos y voluntades, cultivando los sueños y las esperanzas de crear, enfrentando los desafíos.

El mundo propio de cada ser humano se llena por los cambios de energías de los diversos espacios o ambientes y por las relaciones de afecto en el estar con las personas, siendo solidario con el otro, ayudando a superar lo que se presenta como monótono y sofocante.

Vivir la vida es conseguir intercalar lo prosaico con lo poético, los momentos de solidaridad orgánica y los momentos de solidaridad mecánica, ya que lo técnico o mecánico no puede ser dejado de lado; es vivir el bienestar de las cosas simples de nuestra cotidianidad, a pesar de exponerse a sucesos, tensiones y riesgos, los cuales son mutantes, imprevisibles y plenos de significados para la persona humana."


Alacoque Lorenzini Erdmann (*), Luiz Antonio Bettinelli (**)

(*) Profesora Titular de la Universidad Federal de Santa Catarina y Doctora en Filosofía de Enfermería, PEN/UFSC (Brasil).
(**) Profesor Titular de la Universidad de Passo Fundo y Doctor en Enfermería, PEN/UFSC (Brasil).


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