ETAPAS
Como
toda floración marchita, y toda juventud
con
la edad decae, así florece cada etapa de la vida,
florece
cada sabiduría y cada virtud
a
su tiempo, y no debe durar eternamente.
El
corazón, a cada llamada de la vida,
debe
estar presto a la despedida y recomienzo,
para
entregarse con valor, sin luto,
a
otras nuevas ligazones.
Cada
comenzar está lleno de un encanto
que
nos protege y nos ayuda a vivir.
Hemos
de atravesar alegres espacio tras espacio,
no
depender de hogar alguno,
el
espíritu del mundo no quiere atarnos ni angostarnos,
quiere
levantarnos peldaño tras peldaño, ampliarnos.
Apenas
nos aclimatamos a un círculo de vida,
y
nos acostumbramos confiadamente, cuando ya amenaza el adormecimiento,
solamente
el que está preparado al rompimiento y al viaje puede escapar del paralizador
acostumbrarse.
Quizá
todavía la hora de la muerte
nos
envíe espacios nuevos,
nunca
tendrá fin en nosotros la llamada de la vida…
¡Bien,
pues, corazón, despiértate y sana!
Herman
Hesse (*)
(*)
H. Hesse fue novelista y poeta alemán, nacionalizado suizo. Hijo de un
antiguo misionero, ingresó en un seminario, pero pronto abandonó la escuela; su
rebeldía contra la educación formal la expresó en la novela Bajo las ruedas
(1906). En consecuencia, se educó él mismo a base de lecturas. Sus escritos se
fueron enfocando hacia la búsqueda espiritual de nuevos objetivos y valores que
sustituyeran a los tradicionales, que ya no eran válidos. Demian (1919), por
ejemplo, estaba fuertemente influenciada por la obra del psiquiatra suizo Carl
Jung, al que Hesse descubrió en el curso de su propio (breve) psicoanálisis. Viaje al Este (1932) examina en términos junguianos las cualidades
míticas de la experiencia humana. Siddharta (1922), por otra parte, refleja el
interés de Hesse por el misticismo oriental —el resultado de un viaje a la
India—; es una lírica novela corta de la relación entre un padre y un hijo,
basada en la vida del joven Buda. El lobo estepario (1927) es quizás la novela
más innovadora de Hesse. La doble naturaleza del artista-héroe —humana y
licantrópica— le lleva a un laberinto de experiencias llenas de pesadillas;
así, la obra simboliza la escisión entre la individualidad rebelde y las
convenciones burguesas, al igual que su obra posterior Narciso y Goldmundo
(1930). La última novela de Hesse, El juego de abalorios (1943), situada en un
futuro utópico, es de hecho una resolución de las inquietudes del autor.
También en 1952 se han publicado varios volúmenes de su poesía nostálgica y
lúgubre. Hesse, que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1946, murió el 9 de
agosto de 1962 en Suiza.
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